Últimas décadas (1980-2000)

Hacia 1983 la mayoría de las instituciones españolas residentes en el país estaban atravesando tiempos económicos difíciles, fundamentalmente a causa de la falta de inmigración que renovase y dinamizase su masa societaria, por lo que habrá varios intentos de fusión entre algunas de ellas, incluso de parte de nuestro Centro, pero estos proyectos no llegarán a concretarse. 

Esta última etapa tendrá perfiles propios como institución, pero, en líneas generales, el “Centro Montañés” participará de los rasgos que distinguen a las asociaciones que nuclean a la colectividad española en general, estando el principal eje de acción de todas ellas centrado en generar las estrategias que permitan su supervivencia, para poder afrontar con éxito las periódicas crisis económicas por las que atraviesa la nación argentina.

Si bien la Diputación Regional de Cantabria ya venía colaborando con el envío de libros, folletería, murales con motivos de la región, etc., en 1985 visitará la institución el Director General de Turismo de Cantabria, informando a su Gobierno de las necesidades del Centro y pidiendo la colaboración para éste. Ese mismo año se informa que se estudiaría el presupuesto de las “Casas de Cantabria”, por lo que se solicitarán diferentes datos a la institución porteña, haciéndose eco del problema de las comunidades emigradas y analizando más profundamente el tema de la inmigración y  el de los residentes en el exterior, así como de sus descendientes. Como consecuencia de esto, en 1987 la institución recibirá una contribución económica del “Instituto Español de la Inmigración”, a través de la Agregaduría Laboral de la Embajada de España.

También en 1985 la bolera del Centro Montañés de Buenos Aires será sede del Primer Campeonato del Mundo de Bolos-Palma.

En 1988 se realiza en Santander una reunión de los Presidentes de las Casas de Cantabria, yendo en representación del “Centro Montañés” de Buenos Aires su Presidente, realizándose al año siguiente un segundo encuentro (hasta 1991 se realizarán cuatro reuniones, después, habrá un período de suspensión, hasta retomarse nuevamente esta actividad en forma periódica).


En 1990, la ayuda económica otorgada por el Gobierno Regional de Cantabria, será invertida en diversas reformas edilicias.  En 1992 la institución se comprometerá en colaborar con los festejos del Quinto Centenario del Descubrimiento de América. Estos actos, junto con otros que prestigiarán a la institución, como, por ejemplo, la visita del Coro “Ecos del Ebro” al Centro Montañés, subvencionado con fondos propios las clases de baile impartidas a los jóvenes socios por una profesora santanderina especializada en danzas cántabras, se desarrollarán de manera continua durante las distintas presidencias a lo largo de la década del ‘90.

Es en el aspecto social-recreativo que la acción de la Subcomisión de Damas tendrá una acción sumamente importante ya que colaborará activamente en diversas actividades: vestuarios para los integrantes del conjunto de baile, organización de comidas para recaudar fondos para alguna mejora de la institución, tanto edilicia como de funcionamiento, etc. 

A pesar de las dificultades económicas que motivaban que a veces, según lo registrado en las reuniones de las diferentes Comisiones Directivas  “ni había dinero para pintar las instalaciones” (las crisis económicas periódicas en la Argentina repercutirán inevitablemente tanto en la vida de los asociados como de la institución)  siempre se intentará mantener la “casona” y sus actividades de la mejor forma posible, como por ejemplo la asistencia de las autoridades del Centro a la visita que periódicamente realiza el Buque Escuela de la Armada Española “Juan Sebastián de Elcano” a nuestro país, respondiendo así a las invitaciones para tal evento, junto con todas las demás colectividades españolas.

Entre 1997 y 1998, bajo el sello “Ediciones Cantabria”, se publican dos libros, el primero referente a la emigración española en general: “Estudios sobre la Comunidad Española en Argentina”, y el segundo sobre la montañesa en particular: “Ser español y montañés-cántabro en Argentina”, ambos del Licenciado Hugo José Rodino, el cual venía trabajando desde hacía varios años en estos temas, siendo auspiciados y presentados por el Instituto de Investigaciones Históricas de la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina, teniendo una amplia aceptación en los círculos académicos y en la colectividad española y general. Del segundo texto se ha seleccionado gran parte de la información que compone esta reseña.

En 1999, durante el mes de julio, el Grupo de Danzas visitará Cantabria, invitado por el Gobierno Regional, el cual se hará cargo del hospedaje, siendo el viaje aéreo solventado en parte por sus propios integrantes y por la institución. Durante su estadía se desarrollarán numerosas y exitosas actividades, lo que causará enorme sorpresa y satisfacción entre la población cántabra al comprobar, cómo, a más de doce mil kilómetros de distancia, se continuaban manteniendo las danzas y las canciones tradicionales en sus múltiples expresiones: de carácter guerrero, religioso, mágico, relacionadas con las labores cotidianas,  de “requiebro”, lúdico, etc.