Durante toda la década del ‘50, el “Centro Montañés” tendrá participación en numerosos eventos, tanto relacionados con la colectividad española como desarrollando una acción social general que lo integrará cada vez más al barrio de ubicación, y con la sociedad argentina en general.
Así, colaborará en una colecta que se hacía en Santander para aliviar la difícil situación del bolista de origen cántabro, el famoso “zurdo de Bielva”; enviará Estatutos del Centro para montañeses residentes en Montevideo que querían fundar una institución similar a la de Buenos Aires; participará en un Desfile de Carrozas, en 1953, de la colectividad española, para festejar el 12 de octubre, Día de la Raza, (donde la presencia de los cántabros fue muy lucida habiendo siendo elegida Reina de la Colectividad la representante de la institución, señorita Susana Sacristán); prestará una habitación para que el Centro Madrid, que no tenía sede social propia, la utilizase como Secretaría, etc.
Un hecho importante acontecerá por esos años cuando un grupo de asociados constituya una “Ronda Montañesa” “de carácter artístico y coral” contando con un director profesional rentado, el señor Leiva.
Como forma de ir recaudando fondos para el rescate de los bonos de un empréstito interno que se habían emitido para colaborar con las finanzas del Club, se comienzan a organizar diversos Bailes de Carnaval, lo que, junto con los de otras instituciones, llegarán a ser famosos en Buenos Aires, contando con gran concurrencia. Como resultado de esto, en 1956 se darán por finalizadas las obras del nuevo Salón de Actos, haciéndose construir en el mismo un amplio escenario.
Aunque no de forma continuada, por lo general, habrá en esos años un gran dinamismo institucional, reflejado, sobre todo, en la ampliación o reforma de obras edilicias, en aumentar el equipamiento de las instalaciones, etc., pero sin abandonar las actividades sociales y los servicios a los paisanos más necesitados.
Continuando con esta tendencia de apertura a la comunidad para solventar los gastos de mantenimiento y mejorar las instalaciones de la institución, en el año siguiente se firmará un contrato con los integrantes de la audición radial “La Escala Kermesse Musical”, alquilando el salón de actos los domingos para realizar bailes. Con el dinero recaudado se cancelará el empréstito interno, devolviéndose el dinero a muchos socios que habían ayudado solidariamente al “Centro Montañés” en un momento crítico, financieramente hablando, para la institución.
Con diversas actividades, colectas, donaciones, etc., se logrará techar la bolera y se colocarán los vitrales artísticos arriba de la puerta de calle de la institución (en la actualidad todavía son objeto de admiración, tanto de transeúntes como de parroquianos). Junto con esto se realizarán diversas obras benéficas, desde el envío de fondos para construir obras de infraestructura en la región de Liébana, hasta colaborar con el Hospital Español de Buenos Aires y con su Asilo de Ancianos en la bonaerense localidad de Temperley, instituciones que atravesaban una difícil situación económica.
Es de destacar que en la nueva Comisión Directiva, elegida en septiembre de 1960, figurará como Secretario de Actas nuestro activo y querido José Manuel Vallina González, uno de los puntales mayores de nuestra institución, el que, junto con el señor Daniel Ochoa, colaborador de la Revista por varios años, así como también “nuestro poeta” el señor Manuel Conde (de quien también tenemos el gusto de seguir apreciando sus letras en la actualidad) además de muchos otros paisanos, constituirán una fuente enriquecedora de recuerdos para las nuevas generaciones. Se hace necesario señalar que los señores Vallina y Conde continúan aportando, en función de esa amplia y generosa memoria, valiosos datos y un nutrido anecdotario para la confección de esta reseña, lo que agradecemos.
Como reconocimiento a la labor desarrollada por el eminente cirujano, el Dr. Avelino Gutiérrez, ya fallecido, las autoridades municipales de la Ciudad de Buenos Aires designan con su nombre una plaza existente en la intersección de la Av. Del Trabajo y la calle Emilio Mitre, estando presente, naturalmente, una delegación del “Centro Montañés”. Es de hacer notar que también en la ciudad de Santander existe una plaza con su nombre.
Para 1962 ya tenemos a las autoridades del Centro impulsando el recientemente creado “Movimiento Pro Doble Nacionalidad Hispano Argentina”, mientras que se recibe la colaboración del Banco de Santander en el asesoramiento de los paisanos con respecto al tipo de cambio y otras cuestiones útiles para los que deseaban viajar a España.
También en ese año se produce un significativo acontecimiento en el cual participará nuestra institución, y es la constitución de una entidad que agrupe a todos los centros regionales, iniciando así su existencia la vigente “Federación de Sociedades Españolas”. Al mismo tiempo, el “Instituto Español de Migración” comenzará a implementar planes de ayuda, tanto económicos como culturales y recreativos, a todas las instituciones españolas en el extranjero, por lo que las mismas, incluyendo la nuestra, deberán enviar informes, con las necesidades que consideren prioritarias, a la Embajada Española en la Argentina.
En 1964 se realiza una muestra pictórica de un socio de la institución, el Sr. Guillermo Cabada, la que fue muy elogiada, teniendo este pintor una gran difusión de su obra, en la que se destacarán temas referidos al paisaje montañés. También se colabora con el “Centro Madrid” para la organización de una Tuna Española. Por esa época se organizará un nuevo conjunto artístico bajo la dirección del señor Paco Herrero, al mismo tiempo que una Ronda dirigida por la señora Deogracia Gutiérrez, por lo que las familias de los socios comienzan a acercarse más a sus instalaciones, sobre todo los fines de semana, notándose una mayor concurrencia de damas y jóvenes. Como resultado de toda esta activación en su dinámica y, en gran parte gracias a una donación, se instalarán los vestuarios en el sótano del escenario.
En 1973 se celebra el 50º Aniversario del Centro con un banquete en el cual se elige a la Reina de la Institución, como ya se venía haciendo desde 1953. Al año siguiente, el escritor y socio Vázquez Maza “en representación de los santanderinos de Buenos Aires”, impulsa una comisión para colocar en Santander un busto del poeta argentino-cántabro Baldomero Fernández Moreno. A su inauguración concurrirá una delegación desde Buenos Aires.
A partir de 1974, con la presidencia del señor Gonzalo Bada, el “Centro Montañés” llegará a alcanzar una fuerte dimensión y respeto en la comunidad española ya que, más adelante, será Presidente de la “Federación de Sociedades Españolas” y, en ese carácter, integrará como Miembro de Honor la “Comisión de Recepción y Homenaje de la Colectividad Española a los Reyes de España” en 1981; también acompañará, en el futuro, a diversas comitivas oficiales, tanto del gobierno español como del argentino, por ejemplo en el viaje que hará a España el Presidente don Raúl Alfonsín y su señora esposa. A pesar de ser uno de los considerados Centros “chicos” en cuanto a la proporción inmigratoria en términos cuantitativos, “el Montañés” adquirirá con esto, una fuerte presencia dentro de las agrupaciones que nucleaban la colectividad española.
En 1977 el “Centro Montañés” adherirá a la Celebración de “El Milenario de la Lengua Castellana”, al mismo tiempo que en todos estos años, sus agrupaciones artísticas (Coro, Ronda, Bailes Regionales, Teatro-Zarzuela Menéndez y Pelayo, etc.) continuarán desarrollando actividades en diversas instituciones españolas y en general. Dos años después, en 1979, la institución hará llegar sus felicitaciones al insigne escritor montañés Gerardo Diego al ser co-ganador del Premio Cervantes de Literatura, estando compartido por otro notable hombre de letras argentino de renombre universal: Jorge Luis Borges.
En 1981, para posibilitar el incremento de los fondos sociales y otorgar mayor dinamismo al aspecto recreativo, se resuelve formar una “Comisión de Damas” para encargarse de la organización de los actos culturales y de entretenimientos, efectuando el nutrido grupo de las mujeres que la componían una activa y valiosa labor que consistirá, según una de sus integrantes, en “organizar comidas, fiestas, etc. para recaudar dinero, con el objetivo de solventar los gastos del Conjunto de Danzas del Centro, compuesto por hijos y nietos de cántabros, para así preservar las danzas y los cantos tradicionales de nuestra región”.
Por esa época se efectuarán diversas reformas edilicias: el comedor, el buffet, la cancha, el patio, etc., adquiriendo la institución su actual fisonomía.
En 1982 visitará el país la “Coral Salvé de Laredo”, siendo recibida en nuestra Casa con motivo de agasajar al conjunto.