En este marco de rescate para el desarrollo, hemos logrado la riqueza permanente del conjunto de danzas, orgullo de la institución y el conjunto de danza infantil, con niños pequeños, nuestra esperanza, que con su gracia y dulzura nos traen lo nuevo.
Encuentro, fiestas y verbenas son situaciones donde se actualiza un capital cultural, así como la generosidad, placer y compañía, en etapas críticas de la vida como la vejez, la ampliación de la familia nuclear para otros, con el placer de ver a nuevas generaciones, los nietos, incorporarse al conjunto de danzas.
Es la emoción de sentirse parte, eslabón de una cadena, nace la pertenencia al encontrarse con la sorpresa por ejemplo al encontrar leyendo en actas primeras la firma de un tataratioabuelo, al ver sus antecesores en las fotos, es sentirse parte de una cadena.
Junto a ello algo actual: las voces, la presencia de nuestros queridos mayores en la magia de un coro, una “Ronda Montañesa”, revitalizó, a viejos cantores, acercó a paisanos que no tenían una inclusión institucional y generó alegría, compañerismo, nuevos lazos y una acción de enriquecimiento de familias que activamente se van incluyendo en nuestro día a día.
Al cantar se encuentran con sensaciones y sentimientos” la alegría del recuerdo de la infancia, canciones que casi no recordaba, siento mucha emoción cuando de pronto otros me conectado con canciones que mi madre y abuela cantaban” “ vuelvo a mi tierra, vuelvo a ser joven… recordando las canciones de la niñez. Vuelvo a los 18 años, cuando vine, creo que no me adapté , no estoy adaptada. Estando entre paisanos soy otra” dice Julia González.
“Llego a aquí y soy otra, ya nada me duele, cuando cantamos recuerdo y me siento en la gloria” Pilar Lanza dicen sus integrantes.
Alejandra Bada Vázquez dirige este espacio transmitiendo su compromiso permanente y su sentir, desde niña cantó con su abuela en Luey, casa paterna. “
Para mi ser hija de inmigrante….es un orgullo! Luey es mi lugar en el Mundo, es lo máximo, de, lo añoro, me es propio, siento que pertenezco allá, siempre estoy pensando en volver, me voy llorando, nunca me alcanzan los días, siempre es poco, cuando salgo al umbral de casa y veo las montañas siento paz, es algo mágico y maravilloso, difícil de expresar con palabras.
Yo me siento española y argentina por igual, yo tengo 100% sangre española, amo a España, amo su música, sus comidas, sus olores su cultura , mi familia, mis afectos allá y debo querer mi país porque tengo que ser agradecida de donde crecí y me formé…
A los 6 años fui a Cantabria por primera vez , no recuerdo mucho, sólo que llovía mucho, la familia, las vacas…. La familia…éramos muchos primos, se tiraban colchones en el suelo, mi padre tenía 8 hermanos, como era verano íbamos todos… nos bañábamos de vez en cuando en el río, no había agua corriente aún…
Ser hija de … era duro… de chica llegaba Navidad y mi papá se iba a la cama antes de las 12… con cara… conmigo, la veía todos los años y era una relación muy intensa …Yo tenía la ilusión que iba a haber un ascensor con una parada en Luey y otra en Buenos aires!!
Mi padre dice que él entró en Argentina y que la Argentina no entró en él. Que le da pena tener hijos argentinos y lástima tener nietos argentinos, es duro …
Mi relación con mi abuela de Allá era muy especial, creo me parezco mucho a ella, porque canto, la personalidad, su carácter,,, era muy cariñosa, para todo tenía una canción. No notaba tanto la lejanía porque la veía todos los años y el mes que estaba era muy intenso… tenía conmigo muchas conversaciones.,,, acerca de su infancia, me hablaba de sus padres…de historias de los pueblos yo la pasaba muy bien allá…
En marzo comenzaba el colegio y contaba los días en el almanaque para ver cuanto faltaba para para volver, mi abuela era un abrazo interminable, cuando llegaba y cuando me iba… Mi abuelo decía”alegría cuando llegan y pena cuando se van,” iban muchos hijos a allá.
Comencé a los 11 años a cantar con Antonio Verdeja en el Centro Montañés, él era un genio, dicen que tengo la voz de mi bisabuela”…
-“Siempre me moví en el círculo español, fui llamada “gallega”, para mí era la alegría, las fiestas, el canto, la música. No me siento orgullosa por ser hija de inmigrantes, eso sería una forma de adjetivar mal al hijo del argentino, al que trabaja o estudia conmigo, son nativos como yo…
En cuanto a España … yo me crié en España, en la avenida de Mayo, el cine Gloria, no había película española que no viera, el teatro Avenida, entre el bar Iberia, donde mi papá era socio y el bar Español, era el tango y lo español“…
El Centro Montañés es como que se habla el mismo idioma , es el mismo lugar Argentina y España, es diferente al andaluz.
Un gallego, un asturiano, me podrían entender…es otro idioma el de la montaña. Y es un orgullo que surja y aparezca lo lindo que es” manifiesta Pilar Orduña.
-Soy ”la gallega desde lo básico, siempre me llamaban la gallega en todos lados Dice Mercedes Casal, de chica en el colegio los chicos le llamaban a mi papá” Don Quijote” o “San Martín” porque hablaba diferente a los otros padres…
A los 26 años quise ir a vivir a Allá, iba y me sentía que era de Allá hasta que comencé a escuchar en mi padre la añoranza… eso fue como un aviso para mí.
Yo sé que soy argentina, lo tengo en claro, pero mis raíces fueron fuertemente transmitidas por mi papá.”
– María A. Prado: “Lo de ser hija, no se… es un arraigo, es sentir que es algo que te pertenece, que naciste ahí en cierta manera, por un lado… Desde ya estoy hablando del pueblo donde ellos nacieron, con Santander es diferente, en realidad no tengo ningún afecto por Santander ciudad.
Es raro, parece que viviste mas cosas… que allí pasaste mas tiempo que lo que realmente pasaste allí… No sé por qué … si por los afectos que tenés ahí o por todo lo que te han contado…
– En cuanto a la colectividad aquí, al Centro Montañés… es mi infancia …todo lo viví ahí dentro. Los españoles de aquí son diferentes, allá hay mas individualismo, seguramente la emigración cambia la mentalidad de la gente, su mundo… Como se tenían que apoyar unos en otros dado la distancia y el tema de las comunicación, entonces el club era todo para mis padres y para nosotros. No sé como será la experiencia en una familia que se desvinculó.”..
En tiempos donde la violencia, la inseguridad y el aislamiento asolan a la juventud en Argentina, parece nuestra Casa resurgir como un espacio para el desarrollo y la expresión. Crear dispositivos para el encuentro, mantener las tradiciones, son aires vivificantes en esta etapa de nuestra evolución, que permiten ir descubriendo las nuevas necesidades a la vez que nos enraiza con nuestra historia, generan ciudadanía.
Lic. Beatriz Miranda